NÚCLEO TEOLÓGICO: El plan redentor de Dios desde el Antiguo Testamento
ESTACIÓN BÍBLICA 7: El reino dividido
RELATO BÍBLICO: Josías – 2 Reyes 22:1-23:30; 2 Crónicas 34-35
ENFOQUE: Podemos recordar las palabras de Dios y celebrar su obra salvadora
Encuentro 7: ¡Todos a la fiesta!
Bienvenidas familias. Gracias por seguir siendo parte de nuestra propuesta educativa.
Recordemos el momento histórico en el que se encuadró el encuentro de esta semana: el pueblo de Dios se dividió en dos y comenzaron a tener diferentes reyes. Muchos de ellos, la gran mayoría, no seguían a Dios ni lo obedecían. Tanto el pueblo como los reyes se habían alejado de Dios y ahora adoraban a dioses falsos.
En este contexto aparece el rey Josías, un rey que comenzó a reinar a los ocho años y deseó obedecer a Dios en todo. Josías impulsó una gran reforma ya que derribó los lugares donde se hacía culto a otros dioses, festejó la Pascua nuevamente para todo el pueblo, hizo lectura pública de la ley de Dios y animó a todos a que se comprometieran a seguir a Dios de todo corazón.
En el encuentro que compartimos con los chicos, hablamos dos cosas de Josías que podemos aplicar a nuestra vida:
Y para el desafío de esta semana, queremos proponerte que nos enfoquemos en el segundo punto. Así como Israel debía celebrar la pascua para recordar cómo la sangre del cordero los había protegido de la muerte de los primogénitos, nosotros como Iglesia, debemos recordar cada día que Jesús se entregó por nosotros y que es su sangre la que nos limpia y nos salva. Así que el desafío de esta semana es sencillo y muy profundo a la vez.
Encuentra cada día, un momento breve para recordar con tu hijo el sacrificio de Jesús en la cruz y agradecer por él. Pueden empezar leyendo el relato en uno de los evangelios, otro día pueden escuchar una canción que hable sobre esto, otro día puedes contarle un poco de tu historia y de cómo Jesús cambió tu vida, otro día pueden hacer un dibujo. La idea es que en la cotidianidad, encuentren momentos para charlar sobre el regalo más grande que hemos recibido: nuestra salvación y para agradecer por él.
Si tu hijo no ha tomado una decisión de fe por Cristo, selecciona un día especial y preséntale el evangelio completo. Cuéntale del problema del pecado, del sacrificio de Jesús, de la fe y de la esperanza de la vida eterna. Recuerda que siempre debemos compartir el evangelio con nuestros pequeños, pues solo el Señor sabe cuándo ocurre el milagro del nuevo nacimiento.