NÚCLEO PRÁCTICO: Dios desea mi desarrollo personal
PRINCIPIO BÍBLICO: Aprendo a comunicarme
VERSÍCULO DEL ENCUENTRO: Hablen siempre de cosas buenas, díganlas de manera agradable, y piensen bien cómo se debe contestar a cada uno.
Colosenses 4:6 TLA
ENFOQUE: Comunico de manera adecuada lo que sé, deseo y pienso
Encuentro 6: El mejor sandwich
Esta semana en nuestro encuentro trabajamos con los chicos el desafío de comunicarnos adecuadamente con los demás, esto incluyó la invitación a tomar siempre el camino del respeto y la empatía a la hora de conversar con otros, incluso cuando estamos en desacuerdo.
Para el desafío de esta semana, nos gustaría traer la misma invitación a casa: tener una comunicación amable y respetuosa y abrir un espacio para hablar sobre cómo nos hablamos.
Te invitamos a escribir una carta para tu hijo o hija y en ella dejar plasmado con palabras lo especial que es para ti y lo mucho que le amas. En esa misma carta, toma unas líneas para disculparte por las veces que en medio del enojo, el cansancio o la frustración les has dicho palabras que le han hecho sentir triste o dolido. No hace falta que las repitas, simplemente pide disculpas, esto hace que vea que has percibido su dolor y que reconoces tu error. Ten presente aquí, que puede que algo para ti no sea ofensivo y pienses “no fue grave”, pero la forma como el otro entiende y siente nuestras palabras, no igual a la nuestra, así que no está de más disculparse.
Cuando tengas la carta, encuentra una ocasión adecuada para entregarla. Si es posible promueve un ratito para conversar mientras comen un helado o van por un postre. Sería bueno que en ese tiempo, puedas saber qué tipo de palabras o “formas de hablar” le hacen mal a tu hijo y que él o ella también pueda saber qué palabras o formas te hacen sentir mal a ti. Frente a algún comentario sincero de tu hijo, no intentes justificarte o dar explicaciones, escucha, valida el sentimiento y discúlpate. (En este ejercicio no estamos hablando de “me sentí mal porque me mandaste a bañar” por supuesto eso no sería algo sobre lo cual pedir disculpas, pero si puede ser “ me hizo sentir triste la forma cómo levantaste la voz cuando me mandaste a bañar” o “lo que me dijiste cuando no logre resolver ese ejercicio”).
Cultivar esta transparencia y estos espacios en donde se puede hablar sobre “cómo me haces sentir” es clave para fortalecer el vínculo padres – hijos, sobre todo en miras a la siguiente etapa a la que se acercan los chicos.
Ora por este tiempo y ponte a escribir.