Desafío Semanal

NÚCLEO PRÁCTICO: Dios desea mi desarrollo personal

PRINCIPIO BÍBLICO: Me identifico como un ser social

VERSÍCULO ELEMENTAL: Hijos míos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos los unos a los otros. 1 Juan 4:11 TLA

ENFOQUE: Crear conciencia en las familias de la importancia de cuidar intencionalmente a los más pequeños de la casa, y abrazar sus corazones con experiencias de amor, cuidado y empatía. 

Encuentro 11: Soy amado

Frases para decirle a tu hijo:
Estoy para ti cada vez que me necesites
Estoy para cuidarte
Te amo

¿Cómo orar por mi hijo pequeño esta semana?

Dios, gracias por amarme con eterno amor. Quiero entregarte mi vida, mis emociones, mi temperamento y todo lo que soy, para que seas tu a través de mi. Quiero ser un reflejo de tu amor. Ayúdame a hablar con paciencia y amor a mis hijos, dame dominio propio para dejar distracciones a un lado, y entregar mi atención a mi hijo cuando esté con él. Cuida mis manos y que siempre sean manos seguras que levanten y ayuden a mis hijos. Dame paz en días de preocupación, para poder transmitir tu paz a mis hijos. Ayúdame a ser un modelo a seguir en hábitos espirituales, de bienestar y salud. Gracias Jesús porque se que es posible en tí. Amén.

Continuemos en casa. El desafío de la semana:

Teniendo presente nuestro encuentro y el compromiso que adquirimos esta semana para mostrar amor y cuidado a nuestros hijos en la vida diaria, te proponemos sacar un tiempo esta semana para que puedas enseñar a tus hijos hábitos de aseo personal:

Para niños de 18 meses a 3 años: Enseña el hábito de lavarse las manos y cepillar sus dientes. Ten paciencia a la hora de enseñar, y recuerda que cada niño tiene un ritmo de aprendizaje distinto. Por eso es importante que respetes su ritmo, seas constante y paciente. Esto es una muestra de amor muy linda, ya que al enseñar a tu hijo este hábito de limpieza, comunicas a la vez que confías en su capacidad autónoma de tener un aseo personal, y confías que lo hará muy bien.

Para bebés de 6 meses a 18 meses: Enseña el hábito de limpieza a la hora de comer. Sabemos que están en la transición de iniciar su alimentación complementaria a comer por sí solos. Para enseñar el hábito de limpieza en esta edad, cada vez que terminen de comer, dale un pequeño pañito para que pueda limpiar sus manitas y limpiar el mesón en el cual estaba comiendo. Acompañalo limpiando tu también tus manos y modelando como puede limpiar su espacio. Esto comunica confianza en su capacidad de asear su espacio personal, y desarrolla autonomía.

Para bebés menores de 6 meses: Conectaremos el hábito de limpieza al bañarnos cada día con tiempo de calidad. En lo posible, haz que cada momento de baño sea un tiempo para conectar, cantar, hacerse mimos y sonreír juntos.

Tips de desarrollo:
Cuidado y amor en los primeros 3 años de vida.
Bien sabemos la importancia de los primeros años de vida, que aunque son muy retadores, también son muy gratificantes. Hoy queremos darte una guía para cuidar la alimentación de tu hijo, siendo intencionales y generando no solo un vínculo hermoso entre padres a hijos, sino también, hábitos para la vida que le ayudarán a tener un mejor desarrollo integral.


ALIMENTACIÓN BALANCEADA
Después de los 6 meses inicia el mundo de la alimentación en los pequeños. Esta etapa, tiene muchos mitos, y esa desinformación afecta mucho el papel de los padres/cuidadores sobre los pequeños. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para tener un buen equilibrio en la alimentación de tu hijo:
Asesorate con un profesional de la salud: pediatra, nutricionista infantil. Recibir información de primera mano será fundamental para que alimentes a tu hijo bajo supervisión y con información real.
Modela una alimentación balanceada. Es muy difícil formar hijos que amen las frutas, verduras, proteínas, cuando en casa no consumimos dichos alimentos, o como adultos no los tenemos en nuestro menú diario. Es importante que modelen desde el ejemplo.
Respeta el plan nutricional que te brinda el profesional. Si hay alimentos que no están registrados en el plan de nutrición, como la sal, el azúcar o algún alimento ultra-procesado, no lo ofrezcas a tu hijo. Tu hijo tiene papilas gustativas nuevas, por lo tanto, no está acostumbrado a alimentos con exceso de sal o azúcar, entonces cualquier alimento que carece de dichos ingredientes, no será notorio para él, pues nunca los ha probado. Hay mucha evidencia científica que habla del daño profundo que ocasiona el azúcar en el cerebro y en el desarrollo del niño. Por lo tanto, cuida a tu hijo de estos alimentos que parecen ingenuos pero generan tanto daño en la salud de tu hijo.
Establece rutinas y horarios para tomar los alimentos. Sé ordenado, ten un horario de comidas, y respeta dichos horarios. Esto le ayudará a tu hijo a desarrollar un reloj interno que le servirá como regulador en su diario vivir. Además así garantizas que consuma la cantidad de alimentos requeridos para cada día.
Organiza el menú con anticipación. Puedes elegir un día de la semana, para planear el menú de una semana completa. Teniendo presente el menú, será más fácil sacar la lista de ingredientes o alimentos que necesites para cumplir con dicho menú. Optimizar tiempo y recursos.
Prepara y refrigera. Si tienes poco tiempo durante la semana, hay algunos snacks que puedes preparar y congelar para usar en otro momento de la semana. Por ejemplo, tener fruta congelada para preparar batidos, hacer pancakes de avena y congelar, para luego calentar en el microondas y usarlos en un desayuno o snack. Mira dentro de tu menú, qué alimentos puedes preparar y conservar para usar más adelante, esto te ayudará a optimizar tu tiempo.
Sé creativo. No hay necesidad de ser un chef, o tener mil recetas. Solo sé creativo con una base de recetas y cambia algunos pequeños ingredientes o presentación. Por ejemplo: pancakes de avena con banano, puedes luego cambiar el banano por los arándanos o por trozos de nueces. Los huevos como fuente de proteína puedes hacerlos en diferentes presentaciones. Las porciones del almuerzo puedes servirlas creativamente. En internet encuentras inspiración al respecto.
Sirve porciones adecuadas. Un error muy común que cometemos como familias es servir cantidades grandes, pensando que así serán mejor alimentados. Recuerda que tu bebé no tiene el estómago del mismo tamaño de un adulto, y que es mejor porciones de calidad a porciones de cantidad. No es necesario que tu hijo coma en grandes cantidades, recuerda distribuir toda su necesidad alimentaria en diferentes bloques según tu pediatra te recomiende.
Ten paciencia con las regresiones. Es cierto que los pequeños tienen regresión en su alimentación. Es decir, en unos meses estará feliz recibiendo todos los alimentos, y de repente se vuelve un poco selectivo con algunos alimentos dejándolos a un lado, o rechazandolos.. No te preocupes, es normal tener esas regresiones. Como consejo: no dejes de ofrecer dichos alimentos, así sea en porciones aún más pequeñas, para que los tenga presentes visualmente. Si los quitas del menú porque tal vez dijo que no le gustaban, y no se los presentes, nunca más volverá a ellos. Por eso, aunque tal vez diga que no le gustan, deja una pequeña porción en el plato si es parte del menú, tal vez puedes cambiar su presentación o su preparación, y con paciencia y amor, verás que volverá a consumirlos
Involucra a tu hijo. Para desarrollar una mejor relación con los alimentos, te recomendamos que involucres a tu hijo en la compra de ingredientes. Llevalo al super contigo, y permite que elija algunas frutas y participe activamente en este momento. También que se involucre guardando los alimentos en los estantes de la cocina, y por supuesto, que también puedas involucrarlo en algunas preparaciones: ensaladas, batidos, recetas sencillas. Tener contacto con los alimentos en todo su proceso, lo hace comprender un poco mejor cómo es que llega la comida a su mesa, y le permite disfrutar más a la hora de comer.

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