NÚCLEO PRÁCTICO: Dios desea mi desarrollo personal
PRINCIPIO BÍBLICO: Valoro mi relación con Dios y me alejo del mal
VERSÍCULO DEL ENCUENTRO: Pues antes ustedes estaban llenos de oscuridad, pero ahora tienen la luz que proviene del Señor. Por lo tanto, ¡vivan como gente de luz! Efesios 5:8 NTV
ENFOQUE: Oro a Dios para que renueve los pensamientos y actitudes en mí que no se parecen aún a Él
Encuentro 10: 1, 2, 3 ¡Soy responsable!
Papá, qué bueno que estés aquí ¡Gracias por tomar este tiempo!
Esta semana, estamos trabajando con los chicos la idea de que tenemos que aprender a elegir el bien. Ensayaremos mucho a lo largo de la vida, pero tenemos la certeza de que cada día nos podemos parecer más a Dios, pues Él nos ha dado un nuevo corazón (por la fe en Jesús), que ya no es controlado por el mal.
Por ese motivo cuando queremos “cambiar” algo de nosotros, no lo hacemos en nuestras fuerzas o solo con nuestras buenas intenciones, sino que lo hacemos con el poder del Espíritu Santo que habita en nosotros. Él que ya nos ha dado un nuevo corazón, nos ayuda ahora a seguir en el proceso de parecernos más a Él (santificación). Ese proceso inicia cuando Él nos ayuda a identificar cuál es el error.
Dicho esto, te proponemos lo siguiente:
Para empezar, lean Efesios 5:8-9 en una versión bíblica sencilla (lo leímos en clase) y cuéntale un poco a tu hijo sobre lo bueno que ha sido vivir con la luz de Cristo dentro (¿Cómo era tu vida antes de aceptar al Señor?).
Ahora, explícale que, aunque ahora haces parte de la familia de Dios y tienes un corazón que puede elegir el bien, todavía sigues en el proceso de aprender a elegir siempre el bien… por eso eres imperfecto y aún cometes errores (sigues pecando).
Sé sincero con tu hijo, y cuéntale algunas cosas en las que sigues trabajando, y mientras lo haces, por cada cosa que dices pon una pequeña hoja, rama o basurita dentro del recipiente. (Ej. Aún me dejo controlar por mi enojo y soy agresivo, aún uso mis palabras de forma inadecuada en algunos momentos y ofendo a otros, aún veo las cosas lindas de otros y siento envidia)
Cuando hayas mencionado algunos, anima a tu hijo a pensar y compartir pensamientos y actitudes que él/ella reconoce que debe cambiar. Mientras los menciona vayan también poniendo “basuritas” dentro del recipiente.
Cuando hayan terminado y el vaso tenga muchas cosas dentro, ponlo dentro del bowl y empieza a llenarlo con el agua de la jarra ¿hasta cuándo? Hasta que el agua se riegue y saque todas las hojas y basuritas (sí… ¡será mucha agua!)
Haz esto mientras le explicas que sabes que para sacar toda la maldad de dentro de nosotros, debemos llenarnos de Dios ¿cuánto? ¡Mucho! Entre más pensemos en Dios, pasemos tiempo con Dios, aprendamos de Dios, adoremos a Dios… vamos a seguir siendo cambiados para parecernos más a Él.
Oren juntos, díganle a Dios que quieren parecerse más a Él y que quieren llenarse de Él para que les ayude a sacar todo lo que aún queda: “Señor queremos parecernos a ti y vivir siempre como gente de luz”. Ora pidiendo ayuda para corregir las cosas que tu mencionaste y ora por tu hijito para que Dios lo ayude también.
Al terminar, abraza a tu hijo y agradece por su sinceridad. Reconocer ante Dios nuestros errores es el primer paso para que Él nos ayude a corregirlos.