Desafío Semanal

Familias, chicos y chicas, cuidemos nuestra amistad con Dios. Una amistad se cuida siendo amorosos y no haciendo cosas que lastimen al otro. Así como cuidas de tus amigos del colegio, siendo amoroso y jugando con respeto, o como cuidas tu amistad con tus hermanos, dando abrazos y mostrando amor, nuestra amistad con Jesús también debe ser cuidada.

¿Cómo podemos cuidar de nuestra amistad con Jesús? Cuidando nuestras palabras y acciones; diciendo palabras que muestren amor y respeto a los demás, y usando nuestros brazos para amar a los demás.

Te desafiamos a que tengas control de tus palabras y acciones. ¿Cómo? A través de un frasco de la amistad. Elige un frasco de vidrio o plástico transparente. Puedes pintar o decorar este frasco de manera creativa y escribir, con la ayuda de tu familia, una frase que diga: “Frasco de la amistad”.

Cada día, antes de dormir, escribe o dibuja en un papelito aquellos momentos en los que usaste lindas palabras o actuaste de manera amorosa. Deja registrado allí el momento en el que dijiste “gracias” cuando te prestaron un juguete, o cuando ayudaste a levantar a un amiguito que se había caído. También puedes registrar cuando pediste perdón a tus papás por alguna travesura, o cuando ayudaste a mamá a organizar el cuarto. Cada acción o palabra que haya demostrado amor hacia los demás es una muestra de que Jesús vive en tu corazón. Guarda en este pequeño frasco cada momento. Serán memorias de la obra de Jesús en tu vida, ya que solo Jesús puede hacer de nosotros mejores personas. 

Si al pensar en los hechos que sucedieron durante el día, recuerdas que tal vez dijiste una mala palabra o actuaste con enojo, podemos igual dibujarlo y pedirle perdón a Jesús. Su amor nos limpiará y nos ayudará a ser mejores.