Desafío Semanal

NÚCLEO PRÁCTICO: Dios desea mi desarrollo personal

PRINCIPIO BÍBLICO: Valoro mi relación con Dios y me alejo del mal

VERSÍCULO ELEMENTAL: Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. 1 Juan 1:6

ENFOQUE: Soy un reflejo de Jesús

Encuentro 10: Brilla en mí

Frases para decirle a tu hijo:
Naciste para ser luz en este mundo
Eres apartado para Dios
Tus manos, boca y pensamientos, agradarán a Dios.

¿Cómo orar por mi hijo pequeño esta semana?

Dios, gracias por enviar a tu Hijo a morir en la cruz y reconciliarnos contigo. Gracias por pagar por cada uno de nuestros pecados. Guíanos a vivir en santidad para ti, agradándote en todo. Revela a mis hijos el poder de tu sacrificio. Oramos para que en nuestros corazones haya un profundo amor por tu palabra, para obedecerla y seguirla. Queremos agradarte con todo lo que somos. Amén.

Continuemos en casa. El desafío de la semana:

No caminantes
Antes de dormir, canta junto a tu hijo la canción “Cuidadito” de Biper. Será un tiempo de conexión entre padres e hijos, y a su vez, la oportunidad para sembrar en sus corazones el deseo de agradar a Dios con todo lo que ven, tocan, piensan, hacen.


Caminantes
En un momento de la semana, tómate un tiempo para continuar con la conversación que iniciaste en nuestro encuentro bíblico. Pregúntale a tu hijo: ‘¿Qué acciones crees que reflejan la luz de Jesús?’ De acuerdo con la respuesta de tu hijo, pregúntale con la acción opuesta: ‘¿Entonces, ____ es reflejo de oscuridad?’ Ejemplo:
‘Ayudar a mis amigos refleja la luz de Jesús.’ – ‘¿Entonces, no prestar ayuda cuando otros lo necesitan, es reflejo de oscuridad?’
De esta manera, pueden ayudarles a ver las acciones opuestas y podremos reflexionar sobre lo que significa brillar con la luz de Jesús en nuestro diario vivir.


Tips de desarrollo:

En esta edad, los niños no tienen una comprensión plena de conceptos abstractos. Por eso, aunque podemos usar palabras como santidad o pecado, no serán conceptos que puedan entender completamente, ya que no hay manera de mostrarlos de forma tangible. Recuerda que su aprendizaje se da a través de lo que pueden tocar, oír, probar y sentir. Por eso mismo, hemos abordado este tema desde las sensaciones, y podemos empezar a explicar estos conceptos por medio de lo que pueden tocar, observar y sentir.


Todos tenemos una naturaleza pecaminosa, pero es necesario comprender qué es el pecado para luego entender que esa naturaleza habita dentro de nosotros. Te invitamos, a través de esta carta, a que puedas traducir de manera concreta a tus hijos las acciones que representan una vida de luz o santidad: obedecer la palabra, honrar a los padres y vivir en amor hacia Dios y hacia los demás, en acciones concretas como: abrazar, ayudar, hablar bien de los demás, consolar, compartir, jugar, reír, orar.


En esta etapa, vemos actitudes características de su desarrollo que son difíciles de manejar, como rabietas, pataletas y actitudes agresivas entre niños, hacia adultos o incluso hacia sí mismos. Aunque estas actitudes son socialmente mal vistas, lamentablemente no podemos evitarlas por completo. Son parte del desarrollo social, y justo en esta etapa los niños pasan de pensar en sí mismos como el centro de todo, a comprender que son parte de una sociedad y que hay otras personas que necesitan atención y respeto a su alrededor. Entonces, ¿cómo actuar en estos momentos, sin condenarlos, pero guiarlos con amor?

Imaginemos una escena común: tú y tu hijo en el supermercado. Tu hijo te pide un juguete, y tú sabes que no es una necesidad primaria, por lo tanto le dices que no puedes comprarlo. El niño empieza a llorar y, si aún no tiene herramientas para gestionar su frustración, comenzará a tirarse al piso, dar patadas e incluso golpearte. Si usas allí una expresión como: “¡No seas grosero!”, no te va a entender, ya que “grosero” es una palabra abstracta, que representa algo. Lo que puedes hacer es corregir la conducta concreta: “Respira profundo y no me des patadas”, “Para, no me gusta que me golpees”, “Alto, te estás lastimando”, “Alto, estás lastimando a tu hermano con tus manos”. Esto les permite comprender en palabras las acciones que están realizando. Luego, establece un límite: “No vuelvas a golpear a tu hermano así. Es doloroso”. Esto será más efectivo que frases como: “No te voy a traer más al supermercado porque mira cómo te pones”, “Siempre con tus caprichos, ¿quién te entiende?”, “No te voy a comprar nada, y punto”, “Deja de hacer tanto show, mira cómo te miran todos”, “Qué vergüenza, con tus pataletas”. ¿Te das cuenta de que estas últimas frases no comunican algo concreto? Por eso mismo los pequeños no lo entienden.


Un error común que cometemos como padres es generar “terror cristiano”, amenazando a nuestros niños con el castigo de Dios o con su desaprobación. A veces, cuando nuestros niños tienen comportamientos no esperados, respondemos con frases como: “Dios te va a castigar”, “Ahora Dios se va a poner muy triste contigo”, “Dios te iba a enviar un regalo, pero ya no lo hará por ese comportamiento”, “Dios está enojado, pídele perdón”. Y así creamos una mala percepción de Dios en nuestros pequeños, generando barreras que los separan de Él. Crecen con la imagen de un Dios lejano, enojado y que no nos quiere.
Por todo esto, y mucho más, te invitamos a que, en medio de conductas no esperadas, tú como adulto seas el primero en transmitir el amor de Jesús a tus hijos, a través de la corrección adecuada: describiendo la actitud incorrecta y modelando con el ejemplo la manera correcta de responder en situaciones similares. Sé el ejemplo que tus hijos necesitan ver para aprender a desarrollarse socialmente en el mundo.

Compártenos tu experiencia. Envíanos comentarios o fotos para saber cómo disfrutan este material en casa. info.educacion@lasaventurasdebiper.com.ar
Equipo educativo
Biper y sus amigos