Desafío Semanal

NÚCLEO TEOLÓGICO: Dios desea mi desarrollo personal

PRINCIPIO BÍBLICO: Puedo relacionarme con Dios

VERSÍCULO DEL ENCUENTRO: Mantengámos una amistad sincera con Dios, teniendo la plena seguridad de que podemos confiar en Él – Hebreos 10:22 TLA

ENFOQUE: Comparto con Dios mi cotidianidad pues sé que para Él tiene valor

Encuentro 4: Camino seguro

Para esta semana, queremos proponerles hacer una pequeña autoevaluación acerca de cómo caminan con Dios y dejan que sea Él quien guíe sus pasos cada día.

Entendemos que los chicos de esta edad, aprenden a relacionarse con Dios en la medida que desarrollan sus relaciones naturales con las personas que los rodean día a día.

Ustedes como padres, son los primeros referentes sobre la paternidad de Dios. La manera en la que ustedes caminan con ellos a través de cada desafío que se presenta, les muestra a ellos también, verdades acerca de Dios el Padre. Escuchar, orar, acompañar, preguntarles cómo están, afianzará muchísimo más su confianza para visualizar cómo puede ser su caminar con Dios: pedirle su ayuda, compartir sus emociones, recibir su corrección, entre otras cosas que surjan de su relación personal con Él.

Gálatas 6.4-5 dice “Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie. Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.”  La Biblia misma nos anima a examinar nuestra propia conducta. Y como padres,  ¿qué debemos examinar?

Les dejamos cuatro aspectos con los que podríamos empezar esta revisión personal: 

  • Los comentarios que hacemos a terceros sobre nuestros hijos: Pensamos que los chicos están “en otra cosa”, pero ellos siempre están escuchando atentamente.  Dios siempre tiene palabras de afirmación sobre nosotros y nosotros deberíamos ser igual. Así que cuidémonos de la queja y de “hablar mal” de nuestros propios hijos con terceros. 
  • Las etiquetas que colocamos sobre nuestros hijos: A veces, algunos “sobrenombres” pueden sonar chistosos y creemos que por decirlas “con cariño”, son inofensivas.  Pero consideren que quizá están dañando el corazón. Dios nos llama hijos amados y nos los hace sentir y saber a cada momento, sobre todo cuando fallamos.
  • El tiempo que invertimos con nuestros hijos: Dios no sólo trabaja a favor nuestro, sino que también es el primer interesado en estar con nosotros, vivir la vida juntos, tener una relación profunda y acompañarnos. Apuntemos a ese tipo de conexión con nuestros pre adolescentes. 
  • La atención con la que escuchamos a nuestros hijos: Dios tiene total atención cuando oramos, adoramos o nos dirigimos a Él. Nosotros podemos trabajar en esto, y demostrarles también un gran interés interés. Para ello debemos buscar conversaciones significativas y sin interrupciones (celular en la mano, televisión encendida, asuntos del trabajo, etc.)

Pídele al Espíritu Santo que te muestre qué pasos de acción puedes tomar en esta semana para afirmar tu relación de confianza con tus hijos y así mostrar ejemplo de cómo puede ser su relación con su Padre Celestial ¡Oramos por ti!

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